Palabras de consuelo cristianas Misterios
Palabras de consuelo cristianas Misterios
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Pero no es un mal que a un hombre o a una mujer le falten alas, porque eso no es un admisiblemente correspondiente a su naturaleza. Sí sería un mal para el águila el no tenerlas, o que le falte alguna, pues en ella sí es un aceptablemente que debería estar.
Vana esperanza de conquista es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede excluir. Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran aprecio; él los libra de la crimen, y en épocas de hambre los mantiene con vida.
En conclusión, los textos bíblicos revelan claramente el sufrimiento profundo y significativo que Jesús experimentó por apego a la humanidad. Su sacrificio en la cruz nos muestra el inclinación incondicional de Dios y nos desafía a seguir su ejemplo incluso en medio del sufrimiento.
“Y la esperanza no desilusiona, porque el apego de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue poliedro” (Romanos 5:5)
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Hay una escuela poco querida, pero obligada por la vida, una escuela a la que todos tenemos que asistir tarde o temprano, es la escuela del sufrimiento.
Esto puede resistir a sentimientos de desistimiento, confusión y dolor. Sin embargo, debemos rememorar que nuestra primera franqueza es a Dios y su mensaje de inclinación e inclusión para todos.
. Dios sabe lo here difícil que es encontrar y apoyar la esperanza. Incluso los cristianos más firmes luchan por mantenerla cuando su Confianza es puesta a prueba.
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Continuar predicando el evangelio en medio del sufrimiento requiere una Seguridad firme y una confianza en Dios. Somos llamados a seguir Delante incluso cuando enfrentamos la hostilidad y el odio, porque sabemos que nuestra comisión es compartir el mensaje de la salvación con todos aquellos que están buscando esperanza y redención.
La enseñanza de Jesús sobre continuar predicando el evangelio en medio del sufrimiento es una llamada a la valentía y la Certeza inquebrantable.
El sufrimiento es una prueba. Una prueba, a veces, suficiente dura a la que es sometido el hombre. San Pablo, en sus cartas, nos acento con frecuencia de aquella paradoja evangélica de la cariño y de la fuerza; implementada de modo particular por el apóstol mismo y que contiguo con él, prueban todos aquellos que participan en los sufrimientos de Cristo.
“Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13)
En todo caso, el sufrimiento hay que evitarlo, pero cuando no es posible entonces lo podemos ofrecer uniéndolo a los padecimientos de Cristo.